LA REALIDAD SOBRE EL CONSUMO DE ALCOHOL EN ADOLESCENTES
Para
adaptarse más fácilmente a un grupo de amigos o “pares” tendrán la
tendencia a hablar como ellos, actuar como ellos y vestirse como ellos,
lo cual les dará un sentido de pertenencia muy importante para ellos en
ese momento en el que todo su mundo anterior esta en ruinas. En este
período los amigos se convierten en las personas más importantes de su
vida y la familia pasa a segundo plano o incluso se evade totalmente y
se cuenta con ella sólo para proporcionar lo único que necesitan para
hacer lo que quieren, dinero. Es muy frecuente en esta etapa, que los
padres que no tienen vínculos fuertes con sus hijos, pasen a ser
simplemente “cajeros automáticos”.
En
este etapa, algunas estructuras cerebrales no han terminado de
desarrollarse por lo cual para los adolescentes hay algunas funciones
imposibles de realizar, a menos que hayan tenido un desarrollo temprano
de dichas estructuras. Nos referimos a los lóbulos frontales, que son
los encargados de que podamos detenernos a pensar antes de actuar, a
pensar en las consecuencias de nuestros actos, a planear nuestro futuro,
a tener conciencia social, a controlar el instinto agresivo y el
sexual, a ponernos en los zapatos del otro, y nos frenan para no hacer
cosas de las cuales nos arrepentiremos.
No
olvidemos que además de lo que ya hemos mencionado, una de las
principales características de la adolescencia es que el cuerpo inicia
la producción de hormonas y se presentan cambios en los órganos
sexuales, lo cual implica dos cosas importantes; primero, viven con el
deseo a flor de piel y segundo, sienten que ya “son grandes”. Dos rasgos
complejos, pues sienten que ya son grandes para beber, están
convencidos de que saben lo que hacen, se sienten orgullosos de hacerlo y
si a eso le sumamos el deseo previo y la falta de inhibición que
produce el alcohol, tenemos como resultado jóvenes ebrios teniendo
conductas sexuales de riesgo, que fácilmente pasarán del uso al consumo
abusivo de alcohol -pues ya sabemos que no piensan en las consecuencias
de sus actos ni en el futuro- e incrementarán sus probabilidades de
acercarse a otras drogas dadas sus características y el efecto propio
del alcohol que incrementa esta tendencia a la satisfacción inmediata.
Ahora
suponemos es más fácil comprender por qué los adolescentes actúan como
lo hacen y a la vez nos da pistas sobre el peligro de que consuman
alcohol y otras sustancias tóxicas. En la siguiente sección conoceremos
las consecuencias del consumo de alcohol en adolescentes.
El
alcoholismo es una enfermedad crónica y progresiva que deriva de la
ingestión excesiva y no controlada de alcohol, el cual se encuentra en
todas las bebidas alcohólicas en mayor o menor grado. Esta enfermedad se
caracteriza por una dependencia hacia el alcohol, que se ve en dos
síntomas:
El alcoholismo es complejo y se desarrolla con el tiempo. Para ello tiene que ver la disponibilidad de la bebida en las actividades que se realizan.
Poco a poco, el alcohol se convierte en una droga para la persona que bebe, que sirve para cambiar el estado de ánimo, más que una bebida que se toma como parte de una costumbre social, ya que se suele empezar a consumir con otras personas.
En un principio, la persona muestra mucha tolerancia al alcohol, en algunas ocasiones parece que no le afectara. Pero luego el bebedor empieza a tomar a pesar de sí mismo, y el embriagarse se vuelve lo más importante, hasta que la persona pierde el control sobre la bebida y no sabe cuánto va a tomar. Es aquí donde el alcohol es ya una adicción y la persona siente que no puede dejar de beber, esta adicción es el alcoholismo.
Efectos del alcohol
2.1 Evolución del alcohol en la historia
Desde los orígenes de la humanidad los hombres han observado que un jugo de frutas azucarado expuesto al aire libre durante algunos días se convertía en un brebaje que tenía propiedades muy especiales. Seguramente debido a estas propiedades, y a los misterios de la fermentación, se tendió a usar está “mágica bebida” con fines místicos o sagrados. Podemos citar como ejemplo la conversión del vino en sangre en la misa católica.
Su uso excesivo provocaba embriaguez o borrachera, desde entonces fue considerado como vicio, pecado, asociado a la locura, a la degeneración, a la violencia.
Las bebidas fermentadas o alcohólicas, a lo largo de la historia, han sido objeto de glorificación y maldiciones a la vez. En la Biblia, sobre todo en el Antiguo Testamento, se hace referencia cerca de quinientas veces al vino, ya sea para elogiarlo, o, por el contrario, para poner en guardia a los hombres contra “su maleficio”.
A mediados del siglo XIX el médico sueco Magnus Huss usó el término alcoholismo para designar al todo el conjunto de enfermedades cuya causa era el alcohol. La terminación en "-ismo" presentaba la ventaja de que no poseía ya esa carga afectiva que hasta entonces había condenado a los borrachos. Por esa época aparecen numerosos trabajos clínicos que describían las consecuencias tóxicas del alcoholismo, y algunos aspectos sociológicos del alcohol, como ya comentaremos más adelante.
Recientemente, en 1940-1950 se comienza a ver el alcoholismo como una enfermedad, realizándose campañas de salud destinadas a la prevención y a la cura, gracias a las investigaciones de varios científicos y de la Escuela Americana.
2.3 Efectos del alcoholismo en el adolescente
La mayoría de los adolescentes han consumido alcohol por lo menos una vez en su vida y, quizá, haya tomado de más en alguna ocasión.
Esto puede ser normal, pues el que un adolescente tome bebidas alcohólicas son caracteres típicos de su edad, al igual que lo son los conflictos generacionales, la confrontación de ideas y actitudes, y todo lo típico de esa edad.
Pero cuando el joven lo hace con frecuencia y sin medida, y su vida se ve afectada en términos de su desempeño y calidad, entonces el muchacho ya es un alcohólico.
Las características de un alcohólico adolescente, además de todas las comunes a todas las personas, son:
La lista podría ser interminable, por lo que es recomendable que los padres estén alerta y agreguen mucho sentido común y suspicacia para saber detectar un comportamiento anormal de una rebeldía juvenil.
- La incapacidad de detenerse en la ingestión de alcohol.
- La imposibilidad de abstenerse del alcohol
El alcoholismo es complejo y se desarrolla con el tiempo. Para ello tiene que ver la disponibilidad de la bebida en las actividades que se realizan.
Poco a poco, el alcohol se convierte en una droga para la persona que bebe, que sirve para cambiar el estado de ánimo, más que una bebida que se toma como parte de una costumbre social, ya que se suele empezar a consumir con otras personas.
En un principio, la persona muestra mucha tolerancia al alcohol, en algunas ocasiones parece que no le afectara. Pero luego el bebedor empieza a tomar a pesar de sí mismo, y el embriagarse se vuelve lo más importante, hasta que la persona pierde el control sobre la bebida y no sabe cuánto va a tomar. Es aquí donde el alcohol es ya una adicción y la persona siente que no puede dejar de beber, esta adicción es el alcoholismo.
Desde los orígenes de la humanidad los hombres han observado que un jugo de frutas azucarado expuesto al aire libre durante algunos días se convertía en un brebaje que tenía propiedades muy especiales. Seguramente debido a estas propiedades, y a los misterios de la fermentación, se tendió a usar está “mágica bebida” con fines místicos o sagrados. Podemos citar como ejemplo la conversión del vino en sangre en la misa católica.
Su uso excesivo provocaba embriaguez o borrachera, desde entonces fue considerado como vicio, pecado, asociado a la locura, a la degeneración, a la violencia.
Las bebidas fermentadas o alcohólicas, a lo largo de la historia, han sido objeto de glorificación y maldiciones a la vez. En la Biblia, sobre todo en el Antiguo Testamento, se hace referencia cerca de quinientas veces al vino, ya sea para elogiarlo, o, por el contrario, para poner en guardia a los hombres contra “su maleficio”.
A mediados del siglo XIX el médico sueco Magnus Huss usó el término alcoholismo para designar al todo el conjunto de enfermedades cuya causa era el alcohol. La terminación en "-ismo" presentaba la ventaja de que no poseía ya esa carga afectiva que hasta entonces había condenado a los borrachos. Por esa época aparecen numerosos trabajos clínicos que describían las consecuencias tóxicas del alcoholismo, y algunos aspectos sociológicos del alcohol, como ya comentaremos más adelante.
Recientemente, en 1940-1950 se comienza a ver el alcoholismo como una enfermedad, realizándose campañas de salud destinadas a la prevención y a la cura, gracias a las investigaciones de varios científicos y de la Escuela Americana.
2.3 Efectos del alcoholismo en el adolescente
La mayoría de los adolescentes han consumido alcohol por lo menos una vez en su vida y, quizá, haya tomado de más en alguna ocasión.
Esto puede ser normal, pues el que un adolescente tome bebidas alcohólicas son caracteres típicos de su edad, al igual que lo son los conflictos generacionales, la confrontación de ideas y actitudes, y todo lo típico de esa edad.
Pero cuando el joven lo hace con frecuencia y sin medida, y su vida se ve afectada en términos de su desempeño y calidad, entonces el muchacho ya es un alcohólico.
Las características de un alcohólico adolescente, además de todas las comunes a todas las personas, son:
- Rápida baja en las calificaciones.
- Altibajos emocionales.
- Separación notoria de las actividades familiares o de sus quehaceres.
- Cambio negativo en su higiene y aspecto personal.
- Deseo de aislamiento.
- Actividad defensiva y una tendencia a responder agresivamente a la menor provocación.
La lista podría ser interminable, por lo que es recomendable que los padres estén alerta y agreguen mucho sentido común y suspicacia para saber detectar un comportamiento anormal de una rebeldía juvenil.
2.4 Efectos en el organismo
Debido a su total y rápida absorción, el alcohol ingerido es incorporado al torrente sanguíneo que baña cada célula del organismo. Por esta razón no hay órgano que escape a su acción destructiva.
Acción Sobre el Estómago
Una vez ingerida la bebida alcohólica la mucosa gástrica absorbe rápidamente gran parte del alcohol ingerido; casi todo es transformado en el hígado y el resto es eliminado con la orina y el aire expirado. Produce una acción cáustica e irritante sobre la mucosa del estomago que aumenta la producción de mucus y de ácido clorhídrico, perturbando de este modo la función digestiva gasta producir una gastritis crónica. Este aumento de secreción del estomago puede favorecer la aparición de úlceras gástricas y duodenales.
Acción Sobre el Hígado
La ingestión de bebidas alcohólicas puede ocasionar con el tiempo una grave afección hepática llamada cirrosis, cuya evolución es lenta pero fatal. El apetito está disminuido, el sujeto queda satisfecho con solo beber, no consumiendo la cantidad indispensable de alimentos; de este modo se produce la "Avitaminosis" y otras carencias nutritivas que disminuyen la capacidad antitóxica del hígado, el cual se ve seriamente dañado por el alcohol, llegando a desarrollar la cirrosis hepática de tan grave pronóstico.
Sobre el páncreas
El alcohol irrita una mucosa que está situada en el duodeno, en donde desemboca el conducto excretor del páncreas, perturbando así el libre flujo del jugo pancreático. Por este mecanismo asociado a otros factores puede producirse gravísimas afecciones, muchas veces fatales, llamadas pancreatitis aguda o pancreatitis crónica con brotes agudos.
Sobre el Aparato Reproductor
El alcohol lesiona las células germinativas que intervienen en la descendencia, los espermatozoides y los óvulos, siendo causa de infertilidad y pérdida de la potencia sexual en una mínima parte de los casos.
Sobre el Sistema Nervioso Central
Es justamente en el sistema nervioso central donde ejerce el alcohol sus acciones más nocivas. El alcohol deprime las funciones cerebrales, comenzando por las más elevadas como la autocrítica y el autocontrol, siguiendo con la ideación y coordinación motriz, para terminar con las más simples o vegetativas como la respiración y la circulación.
Formas de alcoholismo
3.1 Tipos de alcoholismo
Existen dos formas de alcoholismo: El alcoholismo Agudo y el Alcoholismo Crónico.
3.2 Clases de bebedores
Hay distintas clases de bebedores, los podríamos clasificar en cuatro clases diferentes ente ellas:
Debido a su total y rápida absorción, el alcohol ingerido es incorporado al torrente sanguíneo que baña cada célula del organismo. Por esta razón no hay órgano que escape a su acción destructiva.
Acción Sobre el Estómago
Una vez ingerida la bebida alcohólica la mucosa gástrica absorbe rápidamente gran parte del alcohol ingerido; casi todo es transformado en el hígado y el resto es eliminado con la orina y el aire expirado. Produce una acción cáustica e irritante sobre la mucosa del estomago que aumenta la producción de mucus y de ácido clorhídrico, perturbando de este modo la función digestiva gasta producir una gastritis crónica. Este aumento de secreción del estomago puede favorecer la aparición de úlceras gástricas y duodenales.
Acción Sobre el Hígado
La ingestión de bebidas alcohólicas puede ocasionar con el tiempo una grave afección hepática llamada cirrosis, cuya evolución es lenta pero fatal. El apetito está disminuido, el sujeto queda satisfecho con solo beber, no consumiendo la cantidad indispensable de alimentos; de este modo se produce la "Avitaminosis" y otras carencias nutritivas que disminuyen la capacidad antitóxica del hígado, el cual se ve seriamente dañado por el alcohol, llegando a desarrollar la cirrosis hepática de tan grave pronóstico.
Sobre el páncreas
El alcohol irrita una mucosa que está situada en el duodeno, en donde desemboca el conducto excretor del páncreas, perturbando así el libre flujo del jugo pancreático. Por este mecanismo asociado a otros factores puede producirse gravísimas afecciones, muchas veces fatales, llamadas pancreatitis aguda o pancreatitis crónica con brotes agudos.
Sobre el Aparato Reproductor
El alcohol lesiona las células germinativas que intervienen en la descendencia, los espermatozoides y los óvulos, siendo causa de infertilidad y pérdida de la potencia sexual en una mínima parte de los casos.
Sobre el Sistema Nervioso Central
Es justamente en el sistema nervioso central donde ejerce el alcohol sus acciones más nocivas. El alcohol deprime las funciones cerebrales, comenzando por las más elevadas como la autocrítica y el autocontrol, siguiendo con la ideación y coordinación motriz, para terminar con las más simples o vegetativas como la respiración y la circulación.
Existen dos formas de alcoholismo: El alcoholismo Agudo y el Alcoholismo Crónico.
- ALCOHOLISMO
CRÓNICO: Se produce por el consumo habitual de moderadas dosis de
alcohol. El alcohólico presenta trastorno del carácter (desconfianza,
irritabilidad, con periodos depresivos que pueden llevarlo al suicidio
en algunos casos extremos). Todos los órganos resultan afectados, sobre
todo el sistema nervioso. Temblor en las manos, alteraciones digestivas
que pueden derivar al cáncer, etc. Puede llegar al delirium tremens que
lo conduce a la muerte, aunque no sea muy habitual.
- ALCOHOLISMO AGUDO: Llamado también embriaguez o ebriedad, es transitorio. Consiste en una crisis pasajera que va desde la euforia (bebida alegre) a la tristeza (bebida triste) hasta la perdida de la razón, marcha titubeante mareos, náuseas y vómitos.
3.2 Clases de bebedores
Hay distintas clases de bebedores, los podríamos clasificar en cuatro clases diferentes ente ellas:
- Bebedor Moderado: Ingestión habitual de diversas bebidas alcohólicas inferior a los 3/4 litros por día.
- Bebedor
Habitual: Toda su vida social se centra en el alcohol. no consumen por
gusto, sino porque le aporta una sensación aparente de seguridad, valor o
placer. Al comienzo, la ingesta es circunstancial, y puede dejar de
beber. Con el tiempo, se establece el hábito.
- Bebedor
Excesivo: Bebe mas de 1 litro de vino, o su equivalente, por día, y
presenta más de una embriaguez por mes. No obstante, aun puede controlar
el consumo, aunque difícilmente.
- Alcohólico: Se caracteriza por depender del alcohol, tanto física como psíquicamente, y la incapacidad de detenerse o abstenerse.
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