domingo, 3 de junio de 2012

CONCLUSIÓN


CONCLUSIÓN

La juventud es una etapa muy importante de la vida en la que hombres y mujeres se van descubriendo en forma espontánea y rápida a ellos mismos. Algunos lo hacen sin grandes tropiezos, avanzando en la formación de la personalidad que les permitirá ser, ya mayores, gente útil a la sociedad de la que formarán parte.
Otros, en cambio, no tendrán tan feliz destino y se verán acorralados por circunstancias poco favorables y a veces tristes. Entre ellos están los alcohólicos predispuestos tempranamente a que esta terrible enfermedad los atrape en esa etapa jovial de sus vidas.
Los caminos que los llevan a vivir experiencias tan desgraciadas son muchas y variadas. Pero actualmente el mundo que nos toca compartir está demostrando que el alcoholismo ya se ha instalado con vigor en la juventud, sumiéndola en cruentas circunstancias que, años atrás, estaban reservadas a gente de mayor edad.
También estamos asistiendo a la triste evidencia de que el alcoholismo ya ha dejado de ser una cosa propia y casi exclusiva de los hombres. Hoy son muchas las mujeres que lo padecen y, entre ellas, la franja que incluye a las jóvenes se muestra sin ningún disimulo.


DILE NO AL ALCOLISMO EN ADOLESCENTES


 

Categoria de bebedores por area comportamiento por centual

Categoria de bebedores por area comportamiento por centual



Consumidores de diferente sexo


Adolescentes: 37% toma alcohol por aburrimiento


Adolescentes: 37% toma alcohol por aburrimiento

Publicado el 28/Julio/2010 | 00:06
El estudio se hizo en 42 colegios de Quito y se consultó a 1 200 alumnos


Si lo ve por la calle difícilmente se podría imaginar que Felipe M., un adolescente de 16 años, lleva los últimos dos años de su vida asistiendo a terapias para vencer su adicción al alcohol.

Con ropa deportiva, la mochila al hombro y una amplía sonrisa llega al parque La Carolina, al norte de Quito, para practicar con sus amigos el deporte que más le apasiona: el fútbol.

"Comencé a tomar a los trece años y medio. Al principio lo hacía solo, con el licor que tenían mis papis en la casa, pero luego invitaba a mis amigos. Para cuando teníamos 14 años eramos trago bravo", señala entre risas el joven.

Sin embargo, a diferencia de la mayoría de sus compañeros, Felipe ya no pudo controlar las ansias por beber. "Me llevaba las botellas al colegio y fingía que tomada agua. En la tarde ya picado y aburrido me iba a seguir bebiendo. Siempre hay alguien que acolita sin importar el día", explica.

Según un estudio realizado, hasta mayo de 2010, entre unos 1 200 alumnos (de 10 a17 años), en 42 colegios del Distrito Metropolitano por Programas Educativos Psicología y Salud (PROEPS), el 59% de los encuestados consume licor de forma excesiva.

El documento revela que el 37% de ellos señalan que se ven empujados a buscar al alcohol como entretenimiento porque no hay lugar para la recreación familiar o por falta de espacios en la ciudad para ocupar el tiempo libre.

Para el psicólogo educativo, Pablo Montalvo, esta respuesta es preocupante. "Si en Quito que es la capital donde, por ejemplo, hay salas de cine y otras opciones recreativas los chicos dicen que se aburren, qué estará pasado en ciudades pequeñas donde el karaoke es la mayor distracción", cuestionó el experto.

En tanto que Napoléon Vásquez, director de PROEPS, manifestó que en la actualidad es vital que los padres mantengan con sus hijos relaciones cálidas de respeto y compresión y desde pequeños se les incentive a realizar actividades al aire libre para que valoren la naturaleza y su propio cuerpo.

"Muchos padres ponen de pretexto el excesivo trabajo para no pasar tiempo con sus hijos o prefieren divertirse de forma independiente, es decir cada quien por su lado", señaló Vásquez.

También, un 59% aseveró que empezó a embriagarse porque forma parte de la cultura de las familias, ya sea para celebrar triunfos o disipar los fracasos.

Felipe termina de jugar su partido exhausto.

"Hace tres meses no peloteaba ni 20 minutos y quedaba muerto porque además fumaba. No bebo casi un año pero siempre tengo miedo de volver a recaer como ya me sucedió", manifestó. (CRR)

Iniciativas por vacaciones

Ante el creciente incremento en el consumo de alcohol, especialmente entre los adolescentes, varios colectivos han emprendido una serie de actividades de recreación para los chicos. Ese es el caso de los colectivos Pura Vida Cero Alcohol, Amigos Por La Vida y Sentimiento Ecuatoriano que llevan adelante la campaña "Vacaciones pura vida cero alcohol" que tiene como objetivo ocupar el tiempo libre de los jóvenes en actividades de prevención culturales, académicas y recreacionales. Durante esta semana, los participantes de esta iniciativa se encuentran en un campamento en la comunidad de Chiriboga, donde se imparten talleres de medio ambiente, actuación, socorrismo, etc. Para el 14 de agosto esta previsto un concierto por la diversidad y tolerancia. Para mayor información puede comunicarse al (02) 2 84 6023.

Tenga en cuenta

Según datos del Ministerio de Salud, en 2006 en consumo de alcohol afectaba al 23, 5% de la población ecuatoriana.

A nivel de regiones, la Amazonía representa el 36% de los casos, la Sierra el 33,5%, la Costa 13,7%.

De acuerdo a cifras de la Organización Mundial de la Salud 2,3 millones de personas mueren al año en el mundo por causas relativas al alcohol

En 2002 en total los países del mundo gastaron $ 65 000 millones para solucionar enfermedades relacionadas con la bebida

Adicción alcoholismo

Alcoholismo en la adolescencia | Adicción alcoholismo 

 

El alcohol es una droga muy integrada dentro de nuestra sociedad y vida cotidiana, de forma que consumirla no produce un rechazo social, siempre y cuando se consuma dentro de unos límites.
El alcoholismo en la adolescencia supone saltarse esos límites, comenzar a consumir alcohol en cualquier momento del día, en grandes cantidades y sin reparar en las consecuencias negativas.
Nuestro equipo de psicólogos Bilbao cuenta con amplios conocimientos para aplicar las terapias adecuadas a cada individuo para combatir la adicción alcoholismo.

 alcoholico adiccion alcohol
En el caso de la adolescencia, muchas veces se niega sufrir alcoholismo puesto que no se bebe entre semana, sin embargo, sobrepasarse todos los fines de semana y comenzar a depender de ese hábito conlleva también un tipo de alcoholismo, ya que crea dependencia y adicción hacia ese tipo de bebida.

Generalmente, las personas que acaban dependiendo, poco a poco empiezan a beber también entre semana, y sin ningún motivo aparente o buscando los motivos donde no los hay.

Entre las causas del consumo de alcohol en jóvenes, las más comunes son:

- Para formar parte de un grupo de amigos.
- Para divertirse más y sentirse bien.
- Para olvidar los problemas.
- Por el gusto al sabor.
- Para deshinibirse y "quitarse vergüenzas" que les permita hacer cosas que de otra manera no harían.

Muchas veces inciden los problemas familiares (malas relaciones dentro de la familia), sociales (necesidad de pertenecer a un grupo de iguales), escolares (problemas en la escuela que me llevan a beber para olvidar)... en la existencia del alcoholismo.

Algunos efectos son:


- Disminución de los reflejos y alteración de los sentidos.
- Excitación y pérdida de la vergüenza y control.
- Afecta al juicio y coordinación de los movimientos, del habla, etc.
- Afecta a la memoria.
- Excesivo consumo puede conllevar una intoxicación etílica (coma e incluso muerte).

¿En qué fijarse para saber si un joven es alcohólico?


- Va borracho a clase, o a realizar sus tareas diarias.
- Cada vez que tiene un problema recurre al alcohol.
- Cada vez necesita beber más para obtener las mismas sensaciones.
- Niega la posibilidad de que tenga un problema.

Ante una situación de alcoholismo, lo más aconsejable es contar con el apoyo de un profesional, puesto que las causas por las que se llega a ser alcohólico son tan variadas y personales, que no existen recetas compartidas por todos.


Consumo de alcohol

Consumo de alcohol

En la actualidad asistimos a una creciente demanda de información sobre los patrones de consumo de alcohol en nuestra sociedad, por la problemática social y personal que plantea. Dentro de estos patrones adquieren una mayor importancia los asociados a las pautas de consumo de la adolescencia y juventud, que va aumentando, tanto en número de bebidas adquiridas, como en el de su graduación alcohólica.
La accesibilidad de los jóvenes a las bebidas alcohólicas es cada vez mayor, a pesar de las prohibiciones impuestas de su venta a menores. La edad media de inicio en el consumo de alcohol entre los escolares, según los datos de la Encuesta sobre Drogas a la Población Escolar 1998 (Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas), es de 13.6 años, y la edad media de inicio de consumo semanal se sitúa en los 14.9 años, según esta fuente las chicas registran mayor prevalencia de consumo de alcohol, aunque en cantidades menores. El 84.2% de los escolares ha consumido alcohol en alguna ocasión y el 43.9% consume al menos una vez a la semana. En cuanto a los episodios de embriaguez el 41% de los escolares se han emborrachado en alguna ocasión y el 23.6% en el último mes.
Un 80% de las muertes registradas entre adolescentes se deben a causas violentas y dentro de ellas las relacionadas con drogas o alcohol representan el 50%, existiendo un mayor porcentaje de suicidios en los adictos a estas sustancias. Además, se consideran los factores familiares de gran importancia en el inicio y curso clínico de la adicción al alcohol y otras drogas, ya que hasta un tercio de los niños tienen su primera oferta de consumo de bebida alcohólica dentro del ambiente familiar, por lo que la implicación de la familia tiene gran importancia en todo programa terapéutico.

¿Por qué consumen?
La creencia más compartida entre los diferentes grupos de adolescentes y jóvenes, tiene que ver con la asociación, según su opinión, entre el consumo de alcohol y las "consecuencias positivas" que este proporciona. Entre estas destacan, según ellos indican, una potenciación de la actividad psico-física ( alegría, euforia, superación de la timidez y retraimiento, mejoría del estado de ánimo, etc.), posibilidad de diversión e integración dentro del grupo de amigos donde la mayoría consumen.
En la medida que el alcohol proporciona a los jóvenes una serie de efectos o consecuencias positivas, y el joven los interpreta como un beneficio, dichos efectos se convierten en motivos de consumo. La juventud, como regla general, no asocia el consumo de alcohol con los problemas que de él pueden derivarse, ellos esperan del alcohol cambios positivos globales (facilitador de expresividad emocional, desinhibidor y potenciador de las relaciones sociales, etc.), y a la vez no creen que dicha sustancia tenga consecuencias negativas, influyendo considerablemente en un mayor consumo durante el fin de semana, donde las relaciones interpersonales se intensifican. Por eso anticipar los "efectos positivos" y no las verdaderas consecuencias negativas, conlleva a que se produzca un mayor consumo social.
Esta consideración positiva hacia el alcohol, hace que se considere al mismo como una droga socialmente aceptada y de amplia difusión, lo que hace que los adolescentes, en un amplio porcentaje, no valoren el alcohol como una droga y no consideren su consumo como puerta de entrada hacia la adicción a otras drogas, sin embargo hay varios estudios que demuestran todo lo contrario y según los cuales es muy poco frecuente el uso de cocaína o heroína, sin haber consumido anteriormente tabaco, alcohol o cannabis.
En resumen, los motivos principales que el mundo adolescente o juvenil usa para explicar el consumo de bebidas alcohólicas son:
  • Es un modo de "ponerse alegre", "alcanzar el punto".
  • Forma de búsqueda de afiliación, con imitación de conductas, con consumo que a veces se impone desde el propio grupo de amigos en el que se participa.
  • Presión social, a veces producida desde la publicidad.
  • Desinhibición, superación de la vergüenza.
  • El consumo actuaría como un modelo de imitación y expresividad de la edad adulta.

Qué, cuanto y cómo consumen
Las pautas de consumo en el mundo adolescente y juvenil han sufrido una serie de cambios durante los últimos tiempos, y además, se han ido configurando unas características peculiares, propias de este grupo de edad, alejadas del modelo adulto y tradicional de consumo.
Así podemos destacar como características principales de este grupo de edad en su relación con la adicción alcohólica:
  • Búsqueda de nuevos motivos para el consumo, destacando sobre todo la afectación en la esfera psicoactiva de la personalidad. Evasión de lo cotidiano, conseguida mediante la embriaguez, bebiéndose más alcohol y de más graduación.
  • Concentración de los períodos de bebida durante el fin de semana o períodos festivos, con incremento de "borracheras", y lo que ello conlleva como alteraciones del orden público o accidentes de tráfico.
  • Progresivo descenso de la edad de inicio de consumo de bebidas alcohólicas, que según algunos estudios, se localiza sobre los 12 años, aunque es en torno a los 16 años donde se produce una modificación de las pautas de consumo.
  • La cerveza (entre semana) y las bebidas de alta graduación "combinados" (los fines de semana) encabezan el ránking de bebidas preferidas entre los jóvenes.
  • En el entorno adolescente y juvenil el consumo de alcohol se suele producir fuera de casa y en espacios donde se producen las relaciones sociales de los jóvenes. Así mientras el consumo se produce en lugares donde hay relaciones entre iguales, hay una ausencia de consumo en el contexto familiar.
  • Las creencias predominantes sobre el alcohol siguen destacando sus "efectos positivos" como hemos visto anteriormente, dejando los aspectos negativos "para los demás"("eso no me pasará a mí").
Al analizar los efectos producidos por el consumo de alcohol es probable que el joven elija la estimulación agradable, cierta e instantánea proporcionada por el mismo. De este modo se construyen pensamientos propios ("no todos los que beben alcohol tendrán una dependencia física o psicológica" "no todos tienen accidentes de coche", "el alcohol afecta a los otros, que no controlan, pero no a mí"...) que contribuyen a reforzar los efectos o ideas positivas.

Como actúar sobre el problema
Es importante no considerar de forma aislada a los jóvenes del contexto social en que se desenvuelven, sino a ambos conjuntamente, para tener siempre presente los respectivos elementos del sistema: jóvenes, familia, escuela, y barrio o municipio y actuar conjuntamente sobre todos ellos.
Así podíamos considerar diferentes actitudes o pautas de actuación frente al problema, entre los que destacarían:
  • Diseñar programas de educación, en los que se incida no sobre los efectos negativos del consumo alcohólico, sino sobre los efectos positivos del no consumo, este pequeño matiz, haría que las medidas tuvieran una mejor acogida general y una mayor eficacia.
  • Orientar las actuaciones en el nivel educativo cuestionando y delimitando los efectos positivos del alcohol, que es el conjunto de creencias más desarrollado. Se debe partir de una información realista, que sitúe en su término más justo los "efectos reforzantes" del alcohol, pero que también muestre sus límites. Además existen una serie de creencias erróneas respecto al alcohol (aumento de la potencia sexual, modo de combatir el frío, o como utilidad terapéutica), transmitidas de generación en generación que necesitan ser desmontadas.
  • Desarrollar programas de entrenamiento en habilidades sociales, para actuar principalmente en la preadolescencia, antes de que se instaure el consumo habitual de alcohol, para ayudar a esta población a hacer frente a la enorme presión que el grupo ejerce sobre aquellos que no beben. Para ello se debe formar a profesores del sistema educativo, educadores de calle, animadores sociales, etc.
  • Hay que utilizar medidas eficaces que no tienen porque ser las más costosas. Hacer más baratas las bebidas no alcohólicas, ya que actualmente es más barato consumir una bebida alcohólica que un refresco, así como potenciar bebidas exóticas con menor o nulo contenido alcohólico pero "que entren por los ojos" a los jóvenes.
  • Conseguir imponer líneas de trabajo que logren que la edad de inicio del consumo habitual de alcohol se retrase lo máximo posible, lo cual tendrá una incidencia importante en la prevención de los consumos problemáticos del alcohol.
  • Formular objetivos para evitar la desconexión de los adolescentes de los sistemas de contexto, sobre todo educativo, modificar las creencias de adolescentes y jóvenes sobre el alcohol, trabajando fundamentalmente sobre las motivaciones de consumo, o diseñar estrategias para reducir lo máximo posible el dinero que los jóvenes llevan encima los fines de semana.
  • Actuar sobre los espacios físicos por donde se mueve la juventud, revisando su diseño. Así podemos:
    • Ceder lugares donde creemos espacios lo más parecidos a los bares y ponerlos en manos de grupos o entidades no controlados por la Administración, que les dé más libertad.
    • Estimular programas que comporten la presencia de educadores en lugares que ellos frecuentan.
    • Obligar a los bares a crear espacios alejados de la barra y con un volumen de música reducido que permita la comunicación y la organización de actividades atractivas que concentren el tiempo de ocio y diversión.
  • Incidir en la importancia de la familia como factor regulador del consumo y como medio de información.
  • Por último, estimular el debate entre las diversas fuerzas políticas para la creación de diversos programas juveniles de control y prevención de las adicciones.

El alcolismo

El alcohol y la adolescencia
 
El otro 50% de la pregunta, se refiere al sitio, discoteca, pub o cualquier espacio allá donde podamos reunirnos con los nuestros, charlar, beber, reirnos, beber, divertirnos, beber, conocernos, beber, reirnos más, beber más, hablar menos, beber más, bailar más, beber más...

Pero si te paras a pensarlo, aunque sólo sea pensarlo, esto de beber para reirnos, conocernos, ligar...todo esto es el principio de una cadena.

Estamos hartos de oír a nuestros padres decirnos, no bebas, no fumes, no te juntes con esa gente, no te vistas así.....al menos algunos padres. Otros por el contrario, son el extremo opuesto, que tampoco es lo conveniente.
Lo ideal, el término medio.

Pero....entonces, el término medio para todo. Tampoco es conveniente salir de marcha y por sistema emborracharse al máximo, no hace falta, ¡de verdad! Yo creo que debemos encontrar un equilibrio.
La vida, cuanto más equilibrada mejor, que ya bastante dura y difícil es, como para encima ir lanzándonos piedras a nuestro tejado.
Volviendo a la cadena, al final de la cadena, todos lo sabemos, pero también todos la ignoramos.
Parece ser que siempre tendemos a irnos por el lado oscuro, es decir, siempre tenemos dos opciones, hacerlo bien o hacerlo mal.

Evidentemente, esto no es tan fácil y tampoco se puede hablar en términos absolutos, a veces, el hacerlo bien nos parece más difícil porque tenemos que dar la cara, o nos parece más aburrido porque no corremos ningún riesgo, tenemos que pensar más, etc...
El hacerlo mal puede parecernos la manera más rápida, o asegurarte algo cueste lo que cueste.

Con lo "fácil" que es pensar en las consecuencias y entonces decidir el camino.
Pero es que pensar en las consecuencias de algo que queremos o de algo en lo que creemos....eso sí que es difícil.

Para que no tengamos que pensar nada, yo propongo una lista con 10 puntos negativos sobre el alcohol, es decir, 10 principales consecuencias del clásico ron-cola, beefeater-limón, whisky con....con lo que sea:
 

 
Problemas sexuales: tanto para los chicos como para las chicas. En los chicos, problemas de erección...ejem ejem, y en las chicas problemas en la menstruación.
Engorda: no es algo nuevo, pero sí, el alcohol engorda, y mucho mucho más de lo que pensamos, además estropea la piel.
Enfermedades: hablo de enfermedades como la cirrosis o serios problemas de riñón, hipertensión y un largo etc. que nos sorprenderíamos todos. Desde luego, no por tomarnos un par de copas a la semana tenemos todas las papeletas, pero claramente, los que empiezan a beber con 12, 13 o 14 años están tentando a su futura suerte, porque este primer punto es a largo plazo.
Cáncer: de boca, de esófago, de pulmón, de colon...en fin...parece que está de moda, y no nos damos cuenta que puede ser por nuestra culpa y por el dichoso camino oscuro, ese camino del que hablaba antes.
Problemas de personalidad: de repente estás muy contento, eufórico y con un simple "click" nuestro estado de ánimo puede llegar a cambiar hasta puntos insospechables, hasta no llegar a conocernos ni nosotros mismos, volvernos violentos, decir cosas de las que luego nos podamos arrepentir, meter en problemas a gente que queremos, llorar y otro largo etc...
Pérdida de memoria: intenta acordarte de lo que cenaste antes de ayer... Pues con el alcohol esa sensación se acentúa y se agudiza sin control. Tiene que recordarte que te tirabas por el suelo, que vomitaste delante de la o del chic@ con el que un rato antes, en la primera parte de la cadena, hablabas y reías sin problemas.
Dependencia: como todo lo adictivo, el alcohol crea dependencia y además de todos estos problemas, súmale el dinero que se te va.
Riesgos de accidentes de tráfico: que por culpa de uno que va bebido acabes tú en el cementerio no es justo, que por culpa de uno que va bebido acabéis tú, tus amigos y el coche contra el que se impacta en el cementerio me parece menos justo todavía.
Coma etílico: por hacer el tonto, simplemente por eso, porque en todo momento cualquier persona con dos dedos de frente puede saber cuál es su límite, saber hasta qué punto puede llegar...Que por hacer el tonto acabes en el hospital con una aguja entre pecho y espalda o sino en el otro barrio...sin excusas.
Resaca: pongo esta consecuencia la última, porque es la última que se sufre, en caso de no haber perdido la vida antes, claro; duro pero cierto. Dolor de cabeza, sed, malestar, acidez....

  Consumo de alcohol
en la adolescencia


·  ¿Por qué beben los adolescentes?
Para los adolescentes el alcohol es como un "quitapenas" que permitirían esquivar los límites que la realidad impone y acceder a un mundo que ofrecería mejores condiciones de sensación.
La adolescencia es un momento particularmente vulnerable en la vida de una persona, por ser un momento de "transición" entre la pérdida de los padres como educadores principales y la búsqueda o el encuentro de otras nuevas figuras, deseos y sensaciones. A todo esto también se suma el enfrentamiento con un mundo que cada vez se les va haciendo más complejo.
Existe además un verdadero "bombardeo" de la publicidad dirigida hacia los adolescentes, apetecible para el mercado; basta ver como ejemplo al respecto, las publicidades de cerveza destinadas a jóvenes y el "encuentro" entre ellos si se la consume juntos.
Los adolescentes también afrontan en esta etapa el erotismo, los encuentros sexuales... que los atemoriza, pero en silencio. En diferentes pueblos y culturas, encontramos ceremonias y rituales de iniciación como forma de marcar en lo simbólico este pasaje de la niñez al "mundo adulto", en muchos casos como marcas en lo real y en todos poniendo en juego cuerpo expuesto al sufrimiento y a la muerte.
Ahora bien, ¿qué sucede en una sociedad en la que se ha perdido el rito de iniciación de los actos simbólicos que marcan esta salida de la niñez y la entrada a la adultez como son todas las sociedades modernas del primer mundo?
Es posible que en nuestra cultura actual, el alcohol juegue algún papel en este sentido para los adolescentes en tanto "se es grande" por estar "tomando alcohol" o por estar borracho. Por otra parte, el alcohol "suelta la lengua" y "da ánimos" para "encarar" el juego de la seducción inicial.
El alcohol es una droga socialmente aceptada, como ya hemos dicho en otros puntos, y esta droga daría, desde la consideración de los jóvenes, la fuerza y el valor necesarios para los primeros encuentros sexuales tan deseados y tan temidos. Entonces, se arman de un escenario: la discoteca, el monte o en cualquier parque o lugar donde hacer el denominado “botellón”, en el cual beber para así poder, a través de este acto, estar en un estado de embriaguez o borrachera, sentirse grandes y pensar que están haciendo cosas de personas adultas.




III. Lucha ANTIALCOHÓLICA
La lucha antialcohólica consiste principalmente en educar a la gente contra el abuso en la consumición de bebidas alcohólicas. Esta tarea se realiza mediante folletos, conferencias y clases alusivas al tema en el colegio, sobre todo a personas que están en la edad de inicio (14-15 años). La aplicación de impuestos, la limitación de la producción y la prohibición de despachar este tipo de bebida a los menores de edad son medios indirectos que tratan de reducir el consumo.
Las curas de desintoxicación alcohólica que se realizan en nuestro país se basan en un tratamiento médico social, del que se obtienen buenos resultados siempre que el alcohólico desee curar su toxicomanía. De esta manera, se rescatan individuos de esta droga y se reinsertan en la sociedad.
EL ALCOTEST: Una defensa en las rutas.
El alcohol es responsable de muchos accidentes de tránsito. Como una manera de prevención, se ha ideado el Alcotest, que es una prueba que sirve para determinar si un conductor a bebido alcohol y esta o no en condiciones de conducir. Básicamente consiste en hacer soplar una bolsa que contiene un compuesto químico llamado redox que reacciona ante el aliento con etanol. El nivel de alcohol en la sangre del conductor puede determinarse midiendo la magnitud del cambio de color. Últimamente los aparatos destinados a esto son electrónicos. El alcotest constituye una defensa contra la imprudencia de muchos conductores de vehículos y a probado su eficacia positivamente.
TRATAMIENTO
El principal propósito del tratamiento antialcohólico es el de enseñarle a los enfermos a enfrentar y solucionar sus problemas sin recurrir al alcohol. A favor de este objetivo tiene mucha importancia el abordaje de los problemas por los grupos de alcohólicos de ayuda mutua continua, de los que existen varios en nuestro país y donde personas que han pasado experiencias similares orientan y capacitan a enfermos en asistencia. Una de esas organizaciones es la de Alcohólicos Anónimos (A.A.) la cual es de gran ayuda para todas aquellas personas que necesiten ayuda para superar su alcoholismo.
INFLUENCIA DE LOS MEDIOS SOCIALES.
El uso de los medios masivos de comunicación social es determinante para la adquisición de diferentes productos nocivos para la salud, relacionando los productos con personajes televisivos.



EL MUNDO EN EL QUE VIVE SU ADOLESCENTE

La adolescencia es un tiempo de enormes cambios que a menudo pueden ser confusos para un adolescente. Saber lo que significa ser un adolescente puede ayudarle a estar más cerca de su hijo/a y a ejercer una influencia mayor en las decisiones que él/ella deben tomar, incluso aquellas decisiones relacionadas al consumo del alcohol.
Cambios físicos. La mayoría de los jóvenes de 10-14 años experimentan un aumento rápido de estatura y de peso, al igual que el comienzo de su desarrollo sexual. Como resultado, muchos están más pendientes de su cuerpo que cuando eran más pequeños y comienzan a compararse con otros jóvenes y a preguntarse si son suficientemente altos(as), suficientemente delgados(as), suficientemente fuertes, suficientemente atractivos(as). Un adolescente que siente que de alguna forma no da la talla, tienen mayor probabilidad de hacer cosas para agradar a los amigos, incluso experimentar con el alcohol. Durante este tiempo de vulnerabilidad, es particularmente importante que le deje saber a sus hijos(as) que ante sus ojos, sí dan la talla y que son muy importantes para usted.
Destrezas de pensamiento. La mayoría de los adolescentes aún están muy orientados hacia el "ahora" y sólo comienzan a entender que sus acciones -como el consumo de alcohol- tienen consecuencias. Además, tienden a creer que nada malo les va a suceder, lo que contribuye a explicar por qué a menudo toman riesgos indebidos. Por lo tanto, es importante que los adultos inviertan tiempo para ayudar a los jóvenes a entender cómo y por qué los
riesgos relacionados con el alcohol sí les conciernen.
Cambios sociales y emocionales. A medida que los niños se acercan a la adolescencia, los amigos y "la aceptación" cobran más importancia. Los adolescentes jóvenes comienzan a cuestionar los valores y las reglas de los adultos y tienden a buscar en su grupo de amigos, y a través de los medios, las claves de cómo deben comportarse. Dado a este desarrollo normal, quizás no debe sorprendernos que los padres a menudo tengan conflictos con sus hijos(as) según atraviesan los primeros años de la adolescencia. Durante este tiempo, a veces turbulento, quizás el reto más grande para los padres sea lograr un balance entre proveerles su apoyo y establecer los límites adecuados, y respetar la necesidad cada vez mayor de independencia de su hijo(a).

 ETAPAS DEL ALCOLISMO


Etapa 1
En la primera etapa el individuo:
1. Bebe demasiado en todas las reuniones.
2. Aumenta su tolerancia y la frecuencia de la ingestión.
3. Bebe con rapidez.
4. Sufre lagunas mentales.
5. Siente preocupación por beber.
6. Bebe furtivamente.
7. Manifiesta un cambio en la actitud y la forma de beber.

Etapa 2
Durante esta etapa el individuo:
8. Sufre pérdida de control.
9. Bebe en la mañana para curarse la curda.
10. Siente aumento del impulso sexual y, al mismo tiempo, impotencia o frigidez.
11. Inventa un sistema de pretextos.
12. Sufre por los reproches de la familia.
13. Derrocha.
14. Muestra agresividad y conducta antisocial.
15. Siente remordimientos persistentes después de las borracheras.
16. Hace intentos de dejar de beber.
17. Cambia su modo de beber.
18. Ocasiona la pérdida de sus amistades.
19. Siente resentimiento.
20. Pierde su trabajo, o cambia frecuentemente de trabajo.
21. Su familia se aparta, forma una unidad defensiva, y cambia de hábitos respectos a las amistades y a la comunidad.
22. Piensa en el escape geográfico.
23. Recurre al ocultamiento.
24. Casos que pueden producirse en cualquier momento: hospitalización, divorcio, accidentes y arrestos.

Etapa 3
En esta etapa el individuo:
25. Sufre borracheras prolongadas.
26. Pierde la tolerancia al alcohol.
27. Le lleva más tiempo recuperarse de una borrachera.
28. Padece temores indefinidos.
29. Se derrumba su sistema de pretextos.
30. Tal vez tenga que ser recluido en una institución mental.


 Los efectos crónicos pueden ser:
· Trastornos severos de la conducta y de la comunicación, tanto afectiva como social
· Disminución de las facultades mentales y obsesión por la ingesta de alcohol
· Trastornos en la sexualidad
· Lesiones orgánicas, como gastritis, úlceras, pancreatitis aguda y crónica, cirrosis hepática, infertilidad, etc..


CONCLUSIÓN

La juventud es una etapa muy importante de la vida en la que hombres y mujeres se van descubriendo en forma espontánea y rápida a ellos mismos. Algunos lo hacen sin grandes tropiezos, avanzando en la formación de la personalidad que les permitirá ser, ya mayores, gente útil a la sociedad de la que formarán parte.
Otros, en cambio, no tendrán tan feliz destino y se verán acorralados por circunstancias poco favorables y a veces tristes. Entre ellos están los alcohólicos predispuestos tempranamente a que esta terrible enfermedad los atrape en esa etapa jovial de sus vidas.
Los caminos que los llevan a vivir experiencias tan desgraciadas son muchas y variadas. Pero actualmente el mundo que nos toca compartir está demostrando que el alcoholismo ya se ha instalado con vigor en la juventud, sumiéndola en cruentas circunstancias que, años atrás, estaban reservadas a gente de mayor edad.
También estamos asistiendo a la triste evidencia de que el alcoholismo ya ha dejado de ser una cosa propia y casi exclusiva de los hombres. Hoy son muchas las mujeres que lo padecen y, entre ellas, la franja que incluye a las jóvenes se muestra sin ningún disimulo.

Por qué no debo beber alcohol?Si bien en los Estados Unidos es ilegal beber alcohol antes de cumplir 21 años, la mayoría de los adolescentes tiene acceso a las bebidas alcohólicas. Por lo tanto, eres tú quien tiene que tomar una decisión respecto de las bebidas. Además de la posibilidad de convertirte en adicto, beber alcohol conlleva algunas desventajas:
El castigo es severo. Los adolescentes que beben alcohol corren el riesgo de tener problemas obvios con la ley (es ilegal y podrían arrestarte). Los adolescentes que beben alcohol también tienen más probabilidades de involucrarse en peleas y de cometer delitos que quienes no beben.
Las personas que beben en forma regular suelen tener problemas en la escuela: la bebida puede afectar la capacidad para estudiar y sacarse buenas notas, además de afectar el desempeño deportivo (por la falta de coordinación).
Puedes parecer realmente tonto. La impresión es que la bebida te hace más atractivo, pero los cambios que ocasiona el alcohol en el sistema nervioso pueden llevar a que una persona haga tonterías o cosas vergonzantes, como vomitar o hacerse pis encima. La bebida también produce mal aliento, y a nadie le gusta tener una resaca.
El alcohol pone en riesgo tu salud. Los adolescentes que beben alcohol tienen más probabilidades de ser sexualmente activos y de tener relaciones sexuales sin protección y de manera insegura. Si quedas embarazada o contraes una enfermedad de transmisión sexual, tu vida cambiará — o, lo que es peor, llegará a su fin — . Además, el riesgo de que te lastimes — incluso con lesiones fatales — es más alto si estás bajo la influencia del alcohol. La mitad de todas las muertes por ahogamiento entre varones adolescentes están relacionadas con el uso de alcohol. El consumo de alcohol aumenta considerablemente las posibilidades de que un adolescente termine involucrado en un accidente de tránsito o un homicidio, o de que cometa suicidio.
Los adolescentes que beben también tienen más probabilidades de engordar o padecer problemas de salud. Un estudio realizado por la Universidad de Washington reveló que las personas que consumían normalmente cinco o más bebidas alcohólicas, una detrás de la otra, desde los 13 años, eran más propensas al sobrepeso o a la hipertensión a la edad de 24 años que aquellas que no bebían alcohol. Las personas que continúan bebiendo mucho alcohol durante la edad adulta corren el riesgo de dañar órganos tales como el hígado, el corazón o el cerebro.